Claudia Martínez |
Con los hermanos aimaras, quechuas y guaraníes, recibiendo
los primeros rayos del sol y el “Wilka Kuti”, el nuevo año andino amazónico, el
5529 coincidente con el solsticio de invierno austral, con el día más corto y
la noche más larga.
La tradición invita a levantar los brazos al cielo para
recibir la potente energía que se produce con la salida del sol.
¡Arriba dormilones girasoles!, girando una vez más, siempre a
pérdida pero moviéndonos, “con la esperanza entre los dientes”.
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