Ese estar ahí, en el detalle, observando cómo se consume el momento de ese hermoso fruto.
¿Qué quiere atrapar en su pintura? ¿Qué hay entre su mirada y el árbol? ¿Qué del membrillo se resiste a ser pintado?.
Yo no suelo hacerlo como él, los detalles me impacientan, apelo a lo que se del membrillo sin hacerlo conciente. Es como un acto de fe, presumo que algo habita en mí del membrillo y lo convoco. Es color y sabor. Es memoria y es deseo. Es urgencia.
Algo se consume en mi como en ese fruto.
Claudia Martínez (2013) - óleo s/tela 0.50 x 0.50m |
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