Una esquela para mi padre:
Viejo querido, no se que verías y dirías hoy.
Recuerdo ese día, había humo, tampoco el cielo estaba claro.
Algunas cosas conjeturo: Sería simple, no eras hombre de complicar lo que no hacía falta. Tu inteligencia e intuición te permitía ver claro y simple. Sería concreto, la ideas te alcanzaban y las rumiabas pero se traducían en acciones. Sería o intentaría ser justo. En acto y sencillamente buscarías saldar la cuestión abierta. Probablemente al final te reirías un poco y comeriamos algo juntos y ¡Viva Perón!. Mañana será otro día!
Viejo querido, me donaste la vida y con ella la tarea de habilitarme, de nombrarme, de hacer que esto siga. En eso siempre andamos. Se te extraña!
¡Hay tanto cielo por mirar!
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