El Indigo o Añil es uno de las fuentes de azules más antiguas utilizadas por el hombre para los textiles. A lo largo de la historia ha sido extraído de diversas plantas, pero la mayoría del Indigo natural se obtuvo del género Indigofera, que es una plantas típica de los trópicos.
En climas templados, puede obtenerse del Woad, glasto o pastel(Issatis tinctoria) o de la planta China (tinctorum Polligunum), pero con las especies Indigofera se obtiene mayor cantidad de colorante. En América Central y América del sur dos especies, Indigofera suffruticosa (Añil) e Indigofera arrecta ( Indigo Natal) fueron las más comunes.
Glasto o Pastel |
Indigosfera arrecta |
El añil es silvestre en Centroamérica, México y El Salvador; a la llegada de los españoles a México en 1521, los nativos ya la utilizaba para teñir sus telas, cerámica o como medicina.
Indigosfera suffruticosa |
El colorante índigotin no está presente en las plantas vivas sino que se forma después de la cosecha, se obtiene procesando las hojas. Es uno de los pocos colorantes naturales cuya solidez y propiedades no se mejoran por mordentado.
Para la obtención del colorante se utilizan los siguientes procedimientos:
- Se recolecta la materia prima (hojas).
- Macerado: El follaje en su totalidad, ramas y hojas, se deposita en pilas llenas de agua, se deja reposar de 12 a 14 horas. Se produce la hidrólisis/ disolución del indican ( es un glucósido)presente en la hoja.
- Fermentación: el indicán por fermentación se desdobla en sus dos componentes: añil blanco (indigógeno) y en azúcar ( indigo-glucina). Cuando el agua comienza a burbujear se lo pasa a otra pila donde se efectuará el batido.
- Oxigenado y Precipitación: se produce agitando el agua hasta que precipta la indigotina o azul de añil.
- Filtrado: se elimina el agua, quedando un grueso sedimiento en la pila que se filtra con tela ordinaria quedando el producto en forma de panes de tinta humeda, es el colorante azul indigotin.
- Secado: al aire libre.
- Prensado: se comprime en forma de pastillas.
Hay que retrotaerse unos cuantos milenios, viajar hasta la India y Sumatra para conocer su historia. Allí se cultivaban estas plantas, que debidamente procesadas proporcionaban un tinte de color bellísimo. Otras culturas quedaron maravilladas con la permanencia y la intensidad de este tinte, y pronto surgió un comercio fluido –y muy lucrativo para algunos– que llevaba este tinte desde Asia hasta muchos otros lugares del mundo. Los griegos amaban intensamente lo que llamaban indikón, por el origen indio del tinte; una palabra que se transformó en la latina indicum y, en castellano, se convirtió en índigo. Sin embargo, en nuestro idioma es más común utilizar un nombre diferente, ya que los griegos no eran el único pueblo fascinado por este tinte de color difícil de describir. Del sánscrito nīla pasó al persa nil, de ahí al árabe níl y de éste al castellano añil, que es el nombre que solemos darle tanto al tinte como al color y a la planta. De modo que, parece que añil es más fiel al origen último que índigo.
Acuarela de una fábrica de añil por William Simpson de fecha 1863. Bihar fue el mayor productor de añil en el mundo.
En Europa, el añil era un producto de lujo, dada la distancia que debía recorrer hasta llegar allí. Tan caro era que se lo conocía también como oro azul. Había otros tintes de color similar, procedentes de otras plantas del género Indigofera pero esas plantas, no proporcionan la misma concentración de la sustancia, con lo que su azul no era lo mismo, pero el común de los mortales tenía que conformarse con esos tintes.
Con el tiempo fue aumentando la demanda de añil, y también fue posible transportar mayores cantidades hasta Europa, una vez que se establecieron rutas marítimas hasta la India. Lo que no cambió mucho fue el elevadísimo precio del oro azul. El problema de hacerlo más barato es que los tintes artificiales no se acercaban, ni de lejos, a la intensidad, pureza y belleza del color proporcionado por las hojas fermentadas y tratadas de la Indigofera tinctoria, y nadie era capaz de sintetizar ese tinte de manera artificial: muchos pensaban, que era imposible igualar a la naturaleza, que había algo inexplicable y único en el tinte natural que no podía replicarse en un laboratorio. El caso es que cada vez hubo más plantaciones que la cultivaban, y un verdadero comercio no sólo de tinte, sino de esclavos destinados a trabajar los campos de esta legumbre, tanto en Asia como en África y América. No se escatimaban gastos en llevar las plantas –y los esclavos que las cultivaban– a cualquier región del globo donde el clima permitiese producir oro azul.
A finales del siglo XIX había unos 7000 kilómetros cuadrados de plantaciones de añil, y se producían unas 19000 toneladas anuales del lujoso tinte… pero los días de la Indigofera tinctoria, los precios descabellados y la exclusividad del añil estaban contados. El responsable difuminaría los límites entre lo sintético y lo artificial y destruiría el misterio del añil: Adolf von Baeyer (Nobel 1905), científico nacido en Berlín en 1835 fue quien se propuso investigar el añil como compuesto químico y ver la posibilidad de obtener esa molécula tan particular de modo artificial, en su laboratorio. Trabajo a lo largo de 13 años en esto. En 1878 consiguió su propósito, consiguió la molécula de indigotina, el añil: C16H10N2O2..
En 1914, la producción de añil natural había descendido hasta sólo 1000 toneladas. Se producían miles de toneladas de añil artificial. Se usaba para muchas cosas pero su uso más difundido fue para los jeans. A mediados del Siglo XX era una prenda de los trabajadores más humildes de EEUU. De esclavos de la tierra a esclavos en las fábricas...
Como el añil es insoluble en agua, se trabajaba para reducirlo a leuco-indigo, soluble en agua, con bases muy tóxicas y los trabajadores de estas plantas químicas no deben haberla pasado bien.
Hoy en día, el añil todavía se cultiva en la India, partes del sudeste de Asia y África, en América en El Salvador.
Los Tuareg, los “hombres azules del desierto”, que tiñen sus cheches ( mezcla de turbante y velo que cubre casi toda la cara y cabeza) con polvo de añil. Lo normal en otros lugares era realizar un proceso relativamente complejo para conseguir disolver el tinte en agua pero los Tuareg tiñen directamente con el polvo, y su piel está en contacto con él por lo que acaban teñidos ellos mismos de añil. Históricamente, dado el precio del añil, la intensidad del color en el cheche era indicativa de la riqueza del dueño.
Reproduzco fotos tomadas en el Taller de Añil que hice con Luciana Marrone.
Hoy en día, el añil todavía se cultiva en la India, partes del sudeste de Asia y África, en América en El Salvador.
Los Tuareg, los “hombres azules del desierto”, que tiñen sus cheches ( mezcla de turbante y velo que cubre casi toda la cara y cabeza) con polvo de añil. Lo normal en otros lugares era realizar un proceso relativamente complejo para conseguir disolver el tinte en agua pero los Tuareg tiñen directamente con el polvo, y su piel está en contacto con él por lo que acaban teñidos ellos mismos de añil. Históricamente, dado el precio del añil, la intensidad del color en el cheche era indicativa de la riqueza del dueño.
Cheche Tuareg teñido con añil |
todas las fotos le pertenecen.
donde puedo conseguir una plata de añil me urge para un experimento
ResponderBorrarHola , si eres de Argentina, puedo ofrecerte pigmento natural índigo (indigofera tinctorea). Puedes escribirme a adhuarte@gmail.com. Adriana
BorrarEstaba buscando más información sobre este tinte y me parece muy buena la que compartís acá. Gracias por el trabajo.
ResponderBorrarSaludos!
hola!! te agradezco que compartas tu información!! no hay mucho por la web, todos se quedan en la forma de usarlo.. Yanina
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