Hay paisajes que son marca.
Pulsan a lo largo de la vida aguardando se los reconstruya, se los vea o muestre en una perspectiva nueva.
Insistencia de una intensidad visual que busca visibilidad, apariencia, una forma.
Sus distintas representaciones, traman una red fluida, y en la repetición crean la ilusión de un lugar para aquel que los recrea, inventa o imagina.
es ocre, es calcinopampacicatriz en el paisajepresiente todo el silencio por habitar.
Paisaje iniciático, transicional. Un cronotopos performativo, una acción desplegándose en el tiempo, en una red de imágenes.
Dibujo, pinto ese recorrido con líneas y cruces.
Dice Piglia en los Diarios de Emilio Renzi: La ilusión es una forma perfecta, no es un equívoco, es una construcción deliberada para engañar al mismo que la construye. La ilusión como novela privada.
Viene a mi la idea de los misterios de Eleusis y la advertencia de Agamben de que las iniciaciones eleusinas no son “misteriosas” porque tengan un contenido oculto que deba ser llevado a la luz, sino porque en ellas contenido y forma se han vuelto indecidibles. Pensamiento y visión coinciden y no porque haya caído un velo, sino porque, según el significado literal del verbo latín cocidere, “caen juntos”, se reducen y mantienen en reposo. Una apariencia pura que se muestra entre las ruinas del lenguaje.